martes, 11 de enero de 2011

*Despotismo Ilustrado*


Constituyó una forma de gobierno que trataba de conciliar el absolutismo con las nuevas ideas de la Ilustración, intentando para ello conjugar los intereses de la monarquía con el bienestar de los gobernados. Se desarrolló durante la segunda mitad del siglo XVIII.
El término tiene su origen en la palabra italiana "Déspota", es decir, soberano que gobierna sin sujeción a ley alguna.

Su objetivo es "hacer a los individuos virtuosos y a los pueblos felices", desligándoles de sus tradiciones populares a las que los ilustrados llaman supersticiones, especialmente a la religión católica. El lema que resume lo que es el despotismo ilustrado es "todo para el pueblo, pero sin el pueblo". 

El déspota ilustrado pretendía responder a través de sus actos al modelo de ¨hombre honesto¨ del siglo XVIII: intelectual, racionalista cultivado, amante de las artes y mecenas de los artistas, e innovador  en materia política. Por ello se rodeaba de auténticos filósofos como Voltaire o Denis Diderot.

Los monarcas ilustrados siguieron creyendo que su poder era otorgado por Dios al ser miembros de la familia real, se consideraron también servidores del Estado, obligando a trabajar por el bien público y por mejorar la condición de sus súbditos quienes, además de no tener derechos, pagaban altos impuestos. Esto explica algunas de las medidas que adoptaron como disminuir impuestos, favorecer la educación y mejorar la administración de los reinos con la especialización de la burocracia, así como la impartición de la justicia.

Sin embargo, negaron a sus súbditos el derecho a participar en el gobierno y la libertad política, pues continuaron ejerciendo el poder de acuerdo con su voluntad. De allí  que se les llame déspotas ilustrados, pues impusieron sus reformas sin consultar, sin considerar sus intereses y costumbres. En realidad no existía libertad para los súbditos ni igualdad entre los individuos.

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